El pasado sábado tuvo lugar la
primera reunión del Club de Lectura. Nos reunimos en el Café Espejo, un lugar
muy agradable donde tener nuestra primera discusión sobre un libro. Nuestro
invitado eligió el libro La Ley de Frédéric
Bastiat, una obra con la que discutir sobre la libertad, el individualismo y el
derecho natural.
Empezamos con una breve
disertación por parte de nuestro invitado. Como bien dijo, antes de empezar a
hablar sobre una obra es necesario situarla en su época. En este caso, era
necesario tener en cuenta que en Francia nunca hubo una revolución industrial
en sí, pero que sobraba la industrialización. Y como resultado de ello era
necesario decidir que se hacía con las rentas. ¿Quién ha de quedarse con los
beneficios?
La respuesta a esta cuestión ha
de formularse basándose en los tres derechos naturales: la persona, la libertad
y la propiedad. La ley, que ha de preservar estos derechos, es el instrumento
de control de las plusvalías. Sin
embargo, en nuestra sociedad como bien dice el libro de Bastiat, « La ley,
¡pervertida!». La ley se ha pervertido por la codicia de algunos hombres. Los
ciudadanos no ceden sus derechos para ser atacados, sino para ser protegidos, y
un solo hombre no debería imponer sus derechos sobre el resto de la población.
Cuando este ocurre, se aniquila la justicia.
Bastiat ilustra además su tesis
con diversos ejemplos. Uno de ellos es el sufragio universal, que en realidad
es sólo sufragio de unos pocos. Además, explica que hay ocasiones en que los
ciudadanos deben plantearse si han de seguir la ley o la moral, lo que acaba
dando lugar a muchos problemas.
Tras la disertación comenzamos
una discusión en la que los becarios fueron exponiendo sus puntos de vista,
unos de acuerdo con el pensamiento liberal de Bastiat y otros en contra del
mismo.
Por un lado, los favorables a la
ideología liberal, estuvieron de acuerdo en que este libro, poco conocido,
debería estar parte del currículo de los colegios y universidades. Uno de ellos
sostuvo que para empezar era necesario distinguir claramente la legalidad de la
legitimidad, siendo la primera a veces claramente injusta. Este punto lo
reafirmaron otros becarios que decían que en la sociedad actual existe una
perversión del lenguaje en beneficio de unos pocos que controlan todo. Como
ejemplo de ello utilizaron la encuesta realizada por el BBVA, cuyos resultados
dicen que el 80% de la población española estaría dispuesta a pagar más
impuestos para mantener el estado del bienestar. Esto, según ellos, era un
claro ejemplo del control del estado.
Por otro lado, aquellos en contra
de la visión liberal del estado dijeron que no por ser menos intervencionista
un estado había de ser más civilizado. Pusieron como ejemplo el caso de los
países nórdicos, que aún teniendo un gran estado están a la cabeza del mundo
civilizado. A este ejemplo, nuestro invitado respondió que tampoco habíamos de
olvidar que en los países nórdicos el estado no tiene tanto peso sobre el PIB
como en España. También se dijo que la propiedad privada no era un derecho
natural, sino un mero medio para mantener los derechos naturales, punto que
causó gran controversia con los participantes de ideología liberal. El estado,
según los detractores de la ideología liberal, debería instrumentar el cambio
social de una manera más eficaz, lo que derivó de nuevo en una acalorada
discusión sobre la necesidad de intervención del estado.
Para cerrar este interesante
debate, nuestro invitado concluyó diciendo que desgraciadamente hay gente que
se aprovecha de los impuestos de los demás y que esto seguirá siendo así
mientras se tenga una concepción equivocada del rol del estado.